Hace cincuenta y un años, el ejército de los EE. UU. me proporcionó botas de jungla durante mi primera misión en Vietnam. No sabía mucho sobre su historia, solo que me parecían un poco extrañas, ya que estaba acostumbrado a usar botas de caza y combate militares de cuero, y estas "botas de jungla" eran de cuero negro y lona verde. Las botas de jungla se adoptaron por primera vez alrededor de 1942 para su uso por parte de las tropas del ejército y la infantería de marina que operaban en entornos tropicales y selváticos, incluidas Filipinas, Nueva Guinea e Indochina.
Desde sus inicios, las botas de jungla han pasado por múltiples encarnaciones: pasar a una suela de Panamá que repele mejor el barro pesado; agregar placas de acero para evitar lesiones causadas por trampas de palos punji; cambiar las partes superiores de lona por nailon; y reemplazar las plantillas normales por plantillas extraíbles que brindan una mejor ventilación.
Si bien cada modificación aumentó la utilidad de las botas (y, por cierto, se convirtieron en mis favoritas), las GORUCK MACV superaron con creces a cualquiera de las botas que usé en el pasado. Son más cómodas, más livianas y brindan más soporte de lo que esperaba. Pesan aproximadamente lo mismo que un par de zapatillas para correr en senderos y están diseñadas ergonómicamente para brindar un mejor soporte a mis pies y tobillos. El período de adaptación es prácticamente inexistente, la plantilla se adapta y brinda soporte al pie, y los orificios de drenaje realmente cumplen su función.
La MACV-2 Origins Edition en negro y verde oliva militar es un guiño a la herencia de las primeras botas para la jungla y a quienes ya no están aquí. Tienen buen aspecto, son más cómodas y funcionan.
Richard Rice
5.º Grupo de Fuerzas Especiales
Ejército de los Estados Unidos, 1966-1994
